19.9.12

LA ESTANCIA


No se como ocurrió, ni se si ocurrió o no, solo se que me causó tal impresión, que todavía sigo preso del desasosiego producido por aquel suceso.

Era una mansión gigantesca, con muchas estancias, infinidad de pasillos, buhardillas y sótanos, estancias todas ellas accesibles, se abrían con una llave única que poseíamos todos los que allí trabajábamos.

En sí mismo, era un lugar algo tétrico, por su volumen excesivo, por su construcción de piedra gris que le daba un alo de tristeza, aunque no era triste en sí, pero era una sensación que misteriosamente transmitía.

Entre todos los habitáculos, había uno que nunca se había abierto, ¿cuáles eran los motivos?, sigo sin saberlos, nadie dio orden de no entrar, nadie prohibió el acceso, nadie mencionó nada referente a aquella estancia.

Me lo pregunté infinidad de veces, cuando quise comentarlo con los compañeros, todos eludieron hablar de ello con evasivas, pero en el fondo, notaba que estaban como yo, no sabían nada pero no querían saberlo, era como si les diera una especie de aversión solo con mencionarla.

Mi curiosidad fue en aumento, se me hizo irresistible la indiferencia, se fue apoderando de mí la necesidad de saber qué había dentro, cual era el misterio que encerraba aquel lugar que nadie quería saber nada de el.

Como la llave que tenía abría todas las puertas, decidí abrirla. No tuve ningún impedimento, sabia que hacía muchos años que aquella puerta no se abría, que nadie osaba ni siquiera detenerse ante ella, pero la cerradura se abrió con la misma suavidad que las otras.

La estancia era grande, estaba completamente amueblada, era un dormitorio amplio, con un lugar que hacía las veces de sala de estar, el techo muy alto y las ventanas con cortinajes hasta el suelo, con unos visillos de un blanco inmaculado, la chimenea encendida con troncos recién puestos.

Tuve un sobresalto grande, todo estaba impecablemente limpio, todo completamente ordenado, pero creí que alguien estaba conmigo observándome. Después de inspeccionarlo todo y comprobar que nadie más había, salí apresurado con la sensación de que alguien seguía observándome.

Después de bastante tiempo, llegaron nuevos empleados, uno de ellos, a los pocos días de llegar, me preguntó sobre la estancia, estaba interesado en saber, pero contesté con evasivas y no quise hablar de ello.

No hay comentarios: