28.1.17

                               LAS PALABRAS OCASIONALES
Estaban todos reunidos en torno a la fuente, destartaladas las vestimentas, todas ellas hechas girones igual que sus estómagos. En las mentes era el mismo pensamiento el que los poblaba, todos coincidiendo en que un poco de alimento, por poco que fuera, era necesario para poder pensar algo coherente al menos.
¿Cuál era su futuro si al no ingerir alimento alguno, estaban condenados a la desesperanza?
Las intenciones eran las mismas, los unía, llegados a estas alturas, conseguir comida a toda costa, incluso delinquiendo, como fuera y donde fuera.
Raúl se distanció de ellos para mendigar, se fue por otros lugares, por diferentes caminos, pidiendo a todo el que se cruzaba con él, con la desesperación y la esperanza reflejada en los ojos, y era tal  el anhelo que ponía en sus súplicas, que consiguió despertar la caridad escondida de una persona que le invitó a compartir sus alimentos. Llegó a comer y beber hasta la saciedad, el hartazgo fue tan enorme, que se olvidó de las obsesiones que tenían bloqueada su mente y veía y sentía todo de otra manera.
Al reunirse de nuevo con los compañeros de infortunio, los miró y los escuchó, pensando que pronto llegarían las respuestas a sus angustias por tantas necesidades. Solo el que ha comido ya puede darles unas palabras de aliento.     

Valencia 2 de Enero del 2016
LAS CARTAS



Hasta aquel momento, no tenía, como suele decirse, un buen día. Había discutido con mi editor por un asunto material, muy desagradable. Contemplé como dos personas en plena calle, discutían acaloradamente, con malos modos, un dialogo de sordos. Al cruzar la calle por un paso de cebra, casi me atropella un vehículo, y encima, sacando la cabeza por la ventanilla, me ha dirigido unas cuantas frases soeces que no quiero repetir.
Mucho más tranquilo, paseando por el parque, he logrado (o casi) olvidar todo lo contado anteriormente.
Al dirigirme hacia mi casa, en una de las travesías, he visto a un niño llorando, esto me es cada vez más difícil de soportar, será por la edad que me hace más sensible cada día. Le he preguntado el motivo de su llanto y me ha dicho que su pájaro se ha escapado, no lo comprendía, al abrir la jaula y sacarlo, el ave había volado hacia el árbol más cercano y de ahí al otro y así sucesivamente hasta desaparecer. El llanto era inconsolable, parecía no tener fin hasta que apareciera el animal de nuevo. Yo le dije que lo había visto camino de la estación y me había dado el recado de decirte que te escribirá, que deseaba la libertad más que nada en este mundo. El niño calló su llanto, secó los ojos con la manga de su camisa y se fue a su casa.

En las semanas sucesivas, fue recibiendo una carta del pájaro contándole donde estaba y lo que hacía, los lugares por donde pasaba y los seres que iba conociendo.  

24.1.17

              CON LA MIRADA FIJA EN EL INFINITO
Tenía la mirada fija en el infinito, el alma acomodada y el odio ausente, cuando estaba a punto de surgir la luna. Mi pensamiento como una voz contra la luna saliendo por detrás de los árboles, resuena en el aire, se dirige hacia los arbustos cercanos, rebota en ellos, regresa, me roza el perfil y se diluye entre los sonidos de la naturaleza, junto a la brisa que toca las hojas y mezclándose todo se convierte en un murmullo constante. En ese mismo instante, me pongo a mirar el rojo carmín que asoma detrás del horizonte. Todo está necesitado de una pausa, de un sosiego que me permita recordar aquellos momentos vividos que no volverán.
No es un canto a la nostalgia, tampoco una añoranza perdida, solo un recuerdo que se evoca de vez en cuando y que casi nunca reparamos en él, pero existió y ahí está.
Recuerdo esos momentos nítidos, tan detallados como solo pueden proporcionarlos las cosas vividas de verdad. Lo imaginario no es en absoluto lo ilusorio. Lo imaginario no  puede evocar nada, porque no puede recordar y ese es su límite. Estos recuerdos míos, de este momento que menciono, son reales, no imaginados, vividos de verdad y reconforta muchos de ellos el volver a vivirlos de otra manera.  
20/1/1017                   

                                      Diego Thibaut