6.5.09

La lectura


Era ya mayor cuando descubrió lo que encierran en su interior los libros. Cuando comenzó a leer, ya no pudo dejarlo, lo hacía todas los días, al anochecer, antes de dormir.
La lectura le enseñó el camino de la libertad, aprendió como se consigue ser otro ser diferente al que eres. De pronto se convertía en capitán de un barco aventurero que en el puente de mando, manejando el timón y con el viento revolviéndole los cabellos, dirigía a su tripulación hacia aquella isla que se divisaba en la lejanía, sin saber que misterios les depararía.
Otra vez, se vio envuelto en el fragor de la batalla con su grado de capitán, mandando a sus hombres hacia la victoria, y como no, en el desfile con su uniforme reluciente saludando a sus admiradoras amables y bellas. Es el primero en todas las carreras en que participa, el protagonista de todas las historias que descubre, el ser que hace lo que quiere sin prejuicios aparentes, la persona bondadosa, chispeante, divertida, el ser mas simpático del mundo, al que adoran, que entusiasma, que ilusiona.
Con solo abrir el libro de turno, comienza a disfrutar los goces que aún pareciéndose a los suyos, son diferentes o quizá vistos de otro modo.
Cada noche se sumerge en el laberinto de las letras y las frases, de las historias y pensamientos, de los sueños y fantasías, para acceder a esa libertad soñada, a esos placeres negados, consigue ser todo lo que se imagina con solo proponérselo.
Luego, a la mañana siguiente, vuelve al infierno, a lo cotidiano, a la vulgaridad de su vida, a la monotonía de su entorno y los seres que le rodean. Pero le reconforta pensar que por la noche, al término del día, entre las páginas que va leyendo recobrará la libertad y volverá a ser el rey de su fantasía.

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