27.11.11

EL AMIGO IMAGINADO


Él, nunca estaba solo, al menos era lo que creía, se había inventado hace mucho tiempo, un amigo imaginario, un personaje ficticio que le hacía compañía a todas horas.

Le hacía confidencias, que aunque fueran de actos o pensamientos reprochables, nunca recibía ni corrección ni crítica alguna.

Los análisis y comentarios eran siempre afines, siempre coincidían en lo básico, aunque algunas veces discreparan en lo específico. En un intento de hacer autocrítica o de pulir afinidades completas, respecto a esos pensamientos que en ocasiones, dudamos si estamos equivocados o no, (todos pasamos por esta tesitura alguna vez), él estaba ahí para reconducir el desvío y devolver al sendero, el juicio más conveniente a su modo de entender y con arreglo a sus gustos.

Con él siempre al lado, con sus reflexiones afines, exento de críticas, estaba convencido de la veracidad de sus planteamientos y no se le pasaba por la mente, el poder rectificar o modificar, tal o cual cuestión.

Esto llegó a provocar una confianza en sí mismo capaz de disentir con cualquiera que osara contradecir su opinión o mejor dicho, la opinión de “Él” y llegar a la discusión más feroz y combativa jamás vista.

Se convirtió en irascible, introvertido, egocéntrico y desagradable, hasta el punto de que nadie quiso dialogar con él por temor a sus furias e incongruencias.

Cuando se vio en completa soledad, solo con la compañía de su amigo extraño, un no se qué se fue apoderando de su interior, se le fueron restañando las rendijas de su alma, llegó a ese estado en que nada satisface y nadie llena, ni siquiera el confidente íntimo pudo despojarlo de su soledad. Con mucho esfuerzo, consiguió expulsar a su amigo de sí, pero ya era tarde, todo estaba perdido, todo se quedó en tinieblas y ni ese personaje “magnífico” logró salvarle la vida.



Valencia 26 de Septiembre del 2011

No hay comentarios: