Me senté entre los arbustos para aprovechar la tarde, no es que mereciera un descanso, no había hecho nada, pero no quise dejar la ocasión y me abandoné a la placidez del reposo.
Estaba solo, bueno, eso creía yo, nunca había deparado en ello, pero solo, lo que se dice solo, no estaba. Una infinidad de vida diminuta se encontraba a mi lado, me rodeaba por todas partes. El silencio no era silencio a poco que escuchases. La sensación de ser observado me intranquilizaba, sí, era observado por multitud de ojos de todas clases. Reparé de pronto en una lagartija que sobre una piedra, inmóvil me miraba, fijándome bien, vi como movía los diminutos ojos sin perderme de vista.
Entre una flores, una mariposa con las hojas plegadas parecía una hoja seca, no divisaba sus ojos pero se que me observaba, pues al mover una mano, salió volando con su vuelo característico.
Una multitud de insectos revoloteaba por todas partes, estaban atentos a mis movimientos, pues al levantarme para cambiar de postura, desaparecieron sin dejar rastro y sin saber donde fueron.
Arañas, hormigas, escarabajos, tijeretas y avispas formaban un gran ejército en movimiento, quizá no me veían por la diferencia de tamaño, pero parecía como si mi presencia les incomodara.
Los mirlos, los gorriones y las urracas, se mandaban mensajes avisándose del peligro de mi presencia con una continuidad fluida y significativa.
Escuchaba la conversación de los árboles, lanzándose caricias por medio del viento, con ese rumor de sus hojas, rítmico, cadencioso, con la armonía de un bello idioma. Era como estar en un lugar fugazmente intuido en anteriores ocasiones inexistentes. La paz de ese momento, se introduce por la puerta de todos los sentidos, especialmente del oído con ecos que te transportan a nostalgias de otros momentos inolvidables.
Por todo ello, digo que no estaba solo, y por culpa de mi pensamiento, estando, no estaba allí, estaba distante, en otro lugar con alguien a quien deseaba a mi lado, con esos pensamientos que recorren grandes distancias a una velocidad endiablada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario